Carmen Sánchez, era una religiosa de la orden de las Adoratrices de Sevilla, que compartió su corazón con Dios y a “sus queridos chicos de la cárcel”
Este fin de semana los miembros de la asociación Zaqueo, que trabaja por la reinserción social de presos desde 1996, fueron sorprendidos con la noticia del fallecimiento de su fundadora, la Hermana Carmen Sánchez.
Carmen, era una religiosa de la orden de las Adoratrices de Sevilla, que compartió su corazón con Dios y a “sus queridos chicos de la cárcel” como ella los llamaba, por los que se desvivía y no paró hasta conseguir que se hiciera una asociación , ZAQUEO, en las que se les trata de dar un hogar, y cuidar de ellos como una familia, siendo de tal forma , que dicha asociación no existiría sin su tenacidad, ilusión y optimismo.
Y es que a Carmen no había nada que se le resistiera, si había que esperar a que un juicio terminara para hablar con el fiscal o con algún magistrado para pedirle ayuda, no importaba el tiempo, y allí, esperándolos podían pasar las horas porque para ella no había nada más importante que ayudar a sus chicos.
Nada era imposible para ella, y si, cambiar era posible, todo el mundo tenía derecho a equivocarse y a una oportunidad para redimirse. Si es verdad que por su condición de religiosa no tuvo hijos, puede decirse que en su gran corazón los tenía adoptados a todos, y nunca era bastante para ellos.
Como ha declarado la anterior presidenta de la Asociación Zaqueo, M.ª Inmaculada Ruiz Lasida “desde aquí queremos agradecerle, tanto bueno que ha aportado a la vida de los sevillanos, creando una asociación que lleva impregnada todos tus valores, y apuesta por la reinserción social de los presos”. La hermana Carmen Sánchez era una persona incansable a la hora de trabajar y ayudar a los demás, para ella toda hora era buena para levantar un teléfono si hiciera falta, independientemente de la hora que fuera y a quien hiciera falta llamar. La presidenta de Zaqueo M.ª Inmaculada Lasida cree que “ha logrado una Sevilla más solidaria justa y comprometida, una ciudad a la gracias a ti, querida Carmen, hoy tiende puentes de acogimiento y comprensión hacia la población reclusa”
